Automatización de los impuestos

12 Abr

Una de las grandes situaciones que se presentan para la tributación, no solo es la problemática para entender como se determinan los impuestos, sino inclusive la problemática de presentar las declaraciones y el pago de los mismos.  Sin duda, las autoridades fiscales han dado pasos importantes al transcurrir de los últimos años, para facilitar al contribuyente el cálculo, la presentación y el pago respectivo, se han digitalizado los procedimientos, y para diversos tipos de contribuyentes, ya es más fácil encontrar en la página del Sistema de Administración Tributaria (SAT) pre cargada su información de ingresos y deducciones, así como el impuesto que le corresponde, y si no tiene objeciones a la misma, la acepta y cumple con su obligación.  Esto no sucede con todos los contribuyentes, y menos para los grandes que son los que más aportan tributariamente, pero si de verdad el país aspira a recaudar los ingresos que realmente debería obtener, debe trabajar en automatizar aún más el procedimiento completo, por lo menos para el Impuesto sobre la Renta – principal impuesto en México –.

El reto no es pequeño, pero tampoco utópico, y para muestra, ya se ha dado un buen paso con la entrada en vigor del nuevo régimen simplificado de confianza, que podría alcanzar a un gran procentaje de contribuyentes, y que inicien a tributar y aportar al país aquellos que nunca han tributado, o bien, que alguna vez lo dejaron de hacer por la complejidad misma.  El régimen simplificado de confianza ­ dicho sea de paso ­, si es simplificado pero la palabra confianza es más una ocurrencia simpática, que una palabra que aluda adecuadamente al régimen o al tipo de contribuyente que lo pudiera acoger, pero sí nos implica pensar que su procedimiento se pudiera automatizar de tal manera, que para el contribuyente sea automático tributar, y para la autoridad al mismo tiempo sea automático recaudar, y así formar una familia mexicana feliz.  Automatizar, para efecto del presente artículo, se refiere a que cualquier contribuyente que al momento de estar realizando sus operaciones comerciales o de cualquier tipo, automáticamente se estén pagando también los impuestos relacionados, sin la necesidad de hacer ningún procedimiento adicional.

Para lograr dicha automatización, se deben hacer reformas en las leyes fiscales y se tienen que adecuar los sistemas informáticos, pero sobre todo, se tiene que involucrar a las instituciones financieras para que sean el vehículo de retención de los impuestos y depositados en las cuentas de la autoridad, lo cual con el abrogado Impuesto a los Depósitos en Efectivo ya se ha probado.  De tal manera, que si un contribuyente realiza una operación comercial y emite su Certificado Fiscal Digital por Internet (CFDI) al cliente, y éste le deposita en su cuenta bancaria, debería ser suficiente para que el contribuyente considere que ha cumplido con sus obligaciones fiscales, sin la necesidad de llevar contabilidad, ni de presentar declaraciones adicionales, ni otro procedimiento adicional alguno, puesto que su institución bancaria ya se hizo cargo de pagar su impuesto respectivo previamente retenido.

Cada día se observa que en diversas actividades, los procesos se van digitalización, tal es el caso del comercio electrónico que avanza y crece en México, por lo tanto, las autoridades gubernamentales deberían estar al menos al mismo paso para crear las condiciones regulatorias, que permitan al contribuyente las facilidades de crecimiento, pero sobre todo, como se ha dicho, que agilice sus procesos administrativos para que la tributación sea algo de lo que el contribuyente no se deba preocupar, y más aún, cuando al quien más le debe preocupar, es a la misma autoridad que requiere de los recursos para el oportuno manejo del país, generando así un circulo virtuoso donde todos salen ganando.

Dr. Adrián Gómez Oyanguren.