Sin duda, el tema de las criptomonedas está más presente en boca de muchas personas, generando un ambiente de que hay que invertir en esta innovadora y dinámica alternativa para producir ganancias en corto plazo, algunos lo perciben más como una inversión en moneda digital que como un medio para hacer pagos por adquisición de bienes o servicios. Conforme va ganando adeptos, los recursos monetarios van in crescendo dentro de las plataformas que administran las diferentes monedas digitales, sin embargo, al mismo tiempo se ha ido generando volatilidad en su mercado, pues cada vez más factores influyen en la oferta y demanda de cada moneda en particular.
El crecimiento acelerado, ha provocado que los países reflexionen sobre la necesidad de regular este mercado, de lo contrario, podría atraer consecuencias devastadoras en las economías del mundo, por lo que ya se analiza desde diferentes ángulos las causas y efectos de su popularidad, entre los más importantes está el efecto en el consumo de la energía eléctrica, el cual demanda grandes cantidades para la generación de cada moneda digital, lo cual representa una preocupación no menor para el tema del combate a la contaminación ambiental y la disminución de recursos petreos para su generación. Sin embargo, otra preocupación relevante, es la relativa al lavado de dinero y la evasión de impuestos a través del uso de las monedas digitales, las cuales hasta hoy escapan de regulación en las autoridades de la mayoría de los países, y solamente se han dado algunas capturas de delincuentes que han cometido fraude en el uso de esta tecnología.
La atracción de esta creciente ola, ya sea por curiosidad o por ubicar un nicho de inversión y rentabilidad, provoca que nos debamos preguntar ¿y la tributación?, puede ser que pensemos que por no estar regulado por los bancos centrales, todo lo que suceda dentro del mundo de las monedas digitales, este fuera del alcance fiscal de los gobiernos, o bien, que sea muy difícil detectar y rastrear los movimientos realizados, sin embargo, la ley del Impuesto sobre la Renta es autoaplicativa, lo que significa que cada contribuyente debe determinar el monto de su impuesto de acuerdo a sus ingresos, y en su caso, aplicando determinadas deducciones, luego entonces, en este universo de operaciones digitales, toma relevancia conocer cuando son los momentos en que da el supuesto jurídico de la imposición, consecuentemente del pago del impuesto que le es relativo. Muchas personas no están pensando en esto, por un lado por el desconocimiento de la ley, pero sobre todo, por ser actividades novedosas, en donde se espera obtener una rápida ganancia sin tomar en cuenta el impuesto aplicable, lo cual puede llevar a serias contingencias, y a la imposición de multas en el momento de detectarse la omisión.
Ahora bien, la adquisición de monedas virtuales o de activos intangibles – como los denominados NTF – se pueden llevar a cabo como persona física o moral, y de eso dependerá tanto la forma de tributar como del monto del impuesto a pagar, por lo que es otro punto que retoma relevancia al momento de decidir invertir. Hacer una planeación adecuada, puede mejorar la experiencia al incursionar en esta actividad, o inlcuso, en caso de pérdidas en la inversión, tiene diferencias en el tratamiento fiscal presente y futuro, es decir, el monto de la pérdida puede ser utilizada para amortizar futuras ganancias, lo cual debe conocerse para cumplir con los requisitos ha lugar.
Concluyendo, la promesa de grandes ganancias en el novedoso flujo de monedas digitales como inversión, no solamente puede generar a su vez grandes pérdidas, sino que en el caso de éxito, debe atenderse puntualmente el pago del impuesto que de ha lugar, y de no hacerlo estaremos en un estado de evasión, con consecuencias de posibles actos de defraudación fiscal.
Dr. Adrián Gómez Oyanguren.