En lo que va corriendo del año 2022, parece mostrar que está dando dolores de cabeza para los poseedores de criptomonedas, pues es común que entre los más representativos, su valor ha tenido caídas muy importantes, después de alcanzar en noviembre 2021 sus máximos, a la fecha prácticamente han caído más del 50% su valor. Esto ha llevado a mucho a dudar de la conveniencia de continuar adquiriendo criptos, o bien, deshacerse de los que tienen antes de que continúen perdiendo, incluso se ha pensado que puede ir siendo el fin de las criptomonedas. Sin embargo, una vez que ya ha tomado impulso, es difícil considerar que solo fue una burbuja que ahora esta reventando, sobre todo, considerando que la economía mundial en lo que va del año en curso, no ha sido beneficiosa para todos los sectores financieros.
Ahora bien, algunas personas tienen en mente la criptomoneda como un modelo de inversión, y en la compra venta obtener ganancias con facilidad, pero ante la alta volatilidad, todo parece indicar que es poco atractivo o muy riesgoso; pero también hay que tener en cuenta que tiene otras aplicaciones, como llevar a cabo transacciones comerciales utilizando la criptomoneda como moneda de pago, en donde se encuentran facilidades de operación, y con el atractivo de la seguridad que muestra la cadena de bloques en criptografía. Mediante el pago o cobro en criptomoneda, puede resultar más sencillo realizar ciertas operaciones, como las de venta inmobiliaria en transacciones internacionales, pues una vez cobrada la contraprestación en cripto, es más sencillo volverla a convertir en cualquier otra moneda de curso legal de acuerdo a la necesidad del beneficiario, por poner un ejemplo, un extranjero puede vender una propiedad en México, aceptando Bitcoin, y convirtiendo en minutos esos Bitcoin en euros cobrados en España, sin la necesidad de perder en los tipos de cambio entre el peso mexicano y el euro, utilizados por el banco mexicano y posteriormente por el banco español, o incluso, el pago de comisiones bancarias, ya sin mencionar el proceso de documentación que los bancos respectivos requieren para validar la legalidad de la operación.
Así como el ejemplo anterior, pueden surgir diversas aplicaciones para el uso de la criptomoneda, solo es importante tener en cuenta las regulaciones de cada país donde se llevan a cabo las operaciones, tanto las relativas al uso de la criptomoneda – es el caso de la Ley Fintech en México – como del resto de leyes fiscales, financieras y cualesquiera aplicables al tipo de operación; no hay que dejarse confundir con el hecho de que las criptomonedas aún no cuenten con una regulación firme centralizada, o que no tengan un respaldo de algún gobierno en particular, pues utilizar la cripto como medio de solventar una obligación de pago, es precisamente solo un medio de pago, pero si hay que tener presente que se debe dar cumplimiento a las regulaciones respectivas existentes en el país donde se lleven a cabo.
Otro aspecto relevante a considerar, es que una vez que se aceptó como medio de pago una criptomoneda, son los tiempos de la causación de impuestos a que da lugar el tipo de operación realizada, tomando independencia de los momentos en que la criptomoneda obtenida vuelva a ser convertida a alguna moneda de curso legal, en otras palabras, una cosa en la operación realizada, y otra cosa es la variación del tipo de cambio utilizado al comprar o vender la criptomoneda, y en ambos casos se ha de tener especial cuidado de la tributación respectiva.
El uso de las criptomonedas hay que pensarlas en un sentido amplio, en el que se pueden hacer diferentes usos que den facilidades para realizar las operaciones casi de cualquier tipo, pero hay que tener presente que eso no implica irse por la libre y que sea invisible para las autoridades. Por lo que puede ser tan beneficioso como perjudicial, dependiendo de la atención y del conocimiento que se tenga de las leyes en cada país. Las criptomonedas han demostrado que tienen la solidez para permanecer y crecer al paso del tiempo, pero seguirán a merced del mercado, de la oferta y la demanda, y de la inmersión en el mundo de los negocios. No hay que perderlas de vista.
Dr. Adrián Gómez Oyanguren.